En tiempos de crisis solemos llamar o escribirle a ese amigo o familiar que siempre tiene una palabra de aliento para nosotros. Seguramente esa persona no escribe sus malestares en las redes sociales, ni manda cadenas pesimistas por el grupo de Whatsapp de la familia. Lo más probables es que más bien sea quien envíe mensajes esperanzadores, oraciones o afirmaciones. Esa persona positiva podría tener un cerebro más activo que el común de los mortales, gracias a su decisión de privilegiar el uso de palabras positivas sobre las negativas en su lenguaje cotidiano.
Así lo asegura un estudio realizado por un centro llamado El Jardín de Junio, tras haber realizado pruebas con encefalogramas. Las palabras que mejor funcionaron para activar el cerebro fueron alegre, feliz, enérgico, activo, ilusionado, orgulloso y reír.
Luis Castellanos, autor del libro «La ciencia del lenguaje positivo», asegura que el lenguaje es una herramienta que podemos utilizar para fortalecer nuestra inteligencia emocional.
Al hacernos conscientes de lo que decimos, tenemos la capacidad de impactar positivamente en nuestro estado de ánimo y el de las personas que nos rodean.
Construir el hábito de incluir palabras positivas en nuestra comunicación es una herramienta que nos ayuda a enfrentar nuestros miedos y a ganar motivación frente a las adversidades de todos los días.
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Fuente: EFE Salud
