Familia

La comunicación en pareja se construye a diario

Hablar parece algo sumamente sencillo. Sin embargo es un problema frecuente con el que se encuentran dos personas que toman la decisión de vivir en pareja.

Negociar, ceder, llegar a acuerdos, expresar los sentimientos de la mejor manera posible, respetar y ponerse en el lugar del otro son parte de las estrategias cotidianas de la vida en común. Una relación de pareja debe alimentarse continuamente. Pero mucho cuidado: hay que cuidar que las palabras sean nutriente en lugar de veneno.

El primer paso es que cada uno aprenda a detectar los problemas que con mayor frecuencia interrumpen sus procesos de comunicación para que construyan mejores formas de expresarse.

1) “No tengo tiempo”. Un error frecuente en las parejas es creer que para hablar hay que tener un tiempo exclusivo para eso. Al vivir juntos pasamos rápidamente de un estado romántico en el que comparten y se cuentan todo a una etapa en la cual las responsabilidades, pagar las cuentas o resolver problemas son el único eje de conversación. Es importante dedicar tiempo para conversar, por ejemplo durante la hora de la comida, mientras están cocinando, o unos minutos antes de dormir pero trata de que sea sobre temas distintos a las labores de la casa, los pendientes o las cuentas por cobrar. Contarle al otro las experiencias del día, aunque sea por 10 o 20 minutos puede ser la base de espacios comunes muy útil a futuro.

2) “Más tarde hablamos”. Todos estamos ocupados, en mayor o menor medida. El trabajo, los estudios, la casa ocupan un alto porcentaje de la cotidianidad pero vivir con alguien no es solamente compartir las cuentas. Si la otra persona necesita unos minutos para conversar no va a pasar nada si lo demás espera. Apaga el teléfono móvil o ponlo en silencio para evitar interrupciones, apagar la televisión también ayuda. Ese mensaje de texto puede esperar. La comunicación no es sólo palabras. Comer con alguien que atiende más la conversación en el chat del teléfono es el primer paso para romper la comunicación. Toma la iniciativa para sacar un tema, interésate en el otro; la simple pregunta: “¿cómo te fue en el día?”, puede empujar la relación a un mejor rumbo.

Parejateléfono

3) “Estoy cansado/a”. El cansancio impide tener una buena disposición para hablar. Es preferible que antes de tratar temas importantes busquen un momento adecuado en el que no hayan distracciones. Hay que tomarse un tiempo para hablar asuntos cruciales y si la mente está despejada, la comunicación será más fluida.

4) “¿Podemos hablar ese tema en otro momento/ lugar?”. Cuando la pareja tiene niños es importante que ambos procuren algún tiempo en el que puedan estar solos para tratar asuntos que no deben hablarse delante de los hijos. Tu pareja no es tu rival y nadie gana si los desacuerdos se convierten en una batalla campal contra el otro. Utilizar a los hijos como aliados de las posiciones individuales puede convertirse en el quiebre de la estabilidad de la casa. La vida en pareja es un constante trabajo en equipo.

5) “Vamos a intentar algo nuevo”. La rutina puede hacer de una casa un lugar estéril en el que cohabitan personas que solo comparten el espacio. Si la pareja no logra alimentar la cotidianidad con cosas fuera de la rutina y la convivencia se llena de conversaciones tensas, monótonas, pronto la interrelación se reducirá a monosílabos o a tratar temas estrictamente necesarios. No está demás compartir actividades para distraerse o que cada quien tenga su tiempo de ocio independiente. Menos quejas y más frases estimulantes harán que recibas lo mismo de la otra parte.