Los dos meses del período vacacional escolar suelen ser también el marco de planificación de las vacaciones familiares cuando hay niños en casa, así que el inminente regreso a la rutina a veces se convierte en un bajón de energía.
Con algunos pasos sencillos podemos hacer que progresivamente estos días de descanso sean un impulso que te ayude a retornar a las actividades cotidianas de manera más dinámica:
1) Trata de regresar de viaje con una semana de anticipación. Al salir de viaje, bien sea corto o largo, sabemos que el regreso siempre será lo más duro porque las responsabilidades van a llegar más rápido de lo que queremos así que es preferible tener un margen de tiempo considerable antes de comenzar el trabajo o la escuela que permita organizar las tareas, estar un tiempo en casa, hacer mercado, pagar las cuentas, y poner al día los pendientes sin la presión agregada de las responsabilidades que encontrarás en el trabajo. Además adaptarse al ritmo acelerado de la ciudad no es fácil y necesita tiempo y paciencia.
2) Comienza a levantarte temprano los días previos aunque sea para hacer actividades más relajadas. Pasar varias semanas en las que podías quedarte un rato más bajo la cobija es muy sabroso pero dificulta el comienzo de la rutina, especialmente en las mañanas. Levantarse temprano así sea para tomar café y desayunar con calma, trotar o hacer algún tipo de ejercicio ayuda a recordarle al organismo que debe activarse más temprano y progresivamente incorpora el sonido del despertador a la rutina que nos espera.
3) Toma un día para sentarte a revisar los correos y la correspondencia. Es delicioso desconectarse por un tiempo pero al volver hay que tener claro que las cuentas de pago de servicios siguieron llegando y los correos electrónicos acumulan muchas tareas importantes para las que hay que prepararse cuando nos reintegremos a la vida laboral. Eso nos prepara psicológicamente para saber qué tantas cosas se atrasaron y cuál es el estatus de lo que debemos poner al día.
4) Haz una lista de pendientes y simplifícala. Tenemos la tendencia a querer organizar todo de una sola vez. En cambio si haces una lista de prioridades puedes ver lo que es importante e identificas aquello que necesita resolverse primero para evitar sentirse sobrecargado y que la idea de volver no sea abrumadora.
5) Ten una actitud positiva y abierta. Estar de vacaciones es una merecida recompensa pero trabajar también puede ser muy reconfortante porque es nuestro espacio de crecimiento y desarrollo. Si volvemos al trabajo con mala actitud, no habrán suficientes vacaciones que te permitan recuperarte. Pero al regresar con actitud positiva podemos reconocer nuestro entorno laboral como un espacio de satisfacción profesional.
Y lo más importante es que cuando menos lo esperes, nuevamente te estarás preparando para las siguientes vacaciones.