Nuestro cuerpo es de agua. Aproximadamente 70% de nuestro organismo está conformado por líquido, así que el agua es indispensable para mantenernos saludables porque funciona como el principal elemento eliminador de toxinas. Además a través del agua viajan las vitaminas y sales minerales que nutren todas las células del cuerpo.
Al beber agua activas los procesos de digestión, absorción, y desechos de sustancias tóxicas que ingresan al organismo a través de diferentes vías.
Las recomendaciones de médicos y nutricionistas indican que debemos consumir de 1 a 2 litros de agua diariamente para mantener las funciones propias del cuerpo en perfecto estado. Por ejemplo, el cuerpo necesita estar hidratado para que se activen las sustancias que generan el control de bacterias ubicadas en la saliva.
De igual manera el hígado, los riñones, el sistema digestivo e inmunológico trabajan mejor si reciben todos los días una dosis de agua considerable. El consumo de agua ayuda a que las articulaciones estén lubricadas de manera que puedan mejorar la resistencia de los ligamentos.
El agua incide en la disminución de la formación de cálculos o piedras en el riñón y reduce las infecciones urinarias porque ayuda a diluir las sustancias presentes en la orina. También actúa como protector porque mantiene los niveles adecuados de acidez en el cuerpo y retarda los procesos de envejecimiento de las células.
El consumo frecuente de agua ayuda a revitalizar la belleza del cabello, las uñas y la piel porque regenera las células muertas a través de su aporte de oxígeno. 
Beber agua es tan necesario para la salud que diversos estudios han determinado su influencia en la disminución de riesgo en problemas cardíacos, o en sufrir algunos tipos de cáncer como colon y vejiga.
