Estar de buen humor y reírse con frecuencia va mucho más allá que experimentar el placer de un momento de felicidad. La risa nos hace sentir energía positiva. Un estado de ánimo alegre que derive en risa, o mejor aún en carcajadas, ayuda a que el organismo libere sustancias químicas que activan nuestro sistema cerebral. Cada vez que nos reímos, el cuerpo libera endorfinas, una sustancia que tiene propiedades similares a la morfina. Así que una buena carcajada genera el mismo efecto de un analgésico para relajar los órganos, aliviar dolores y equilibrar el sistema nervioso central.
Además, la corteza del cerebro manda un impulso eléctrico de energía apenas unos segundos después de que comenzamos a reír, lo que ayuda a expulsar las energías negativas o tensiones retenidas en el cuerpo.
A medida que vamos creciendo, perdemos la capacidad de reírnos con facilidad y contrario a lo que se cree, para muchas personas reírse les resulta muy difícil. El impulso mental que nos produce la risa está localizado en la zona pre frontal de la corteza cerebral, el mismo lugar donde se desarrolla la creatividad.
Además de los efectos medicinales que la ciencia ha demostrado, la risa reduce el estrés y disminuye la posibilidad de depresión. La risa es un elemento social que crea vínculos con otras personas, así que ayuda a combatir miedos y fobias, a expresar emociones y potencia la capacidad que todos tenemos de ser felices.
