Si atravesar tiempos de conflicto social no es fácil para los adultos, imagínate para los niños. La agresividad, la intranquilidad, el trastorno del sueño, la falta de apetito, el miedo, hacerse pipí en la cama, chuparse el dedo y los malestares en el cuerpo son solo algunas de las señales más obvias de que algo está pasando.
La infancia es un tesoro y debemos cuidarlo, por eso debemos evitar que la intensidad de la calle llegue a casa y perturbe la tranquilidad de los más pequeños. Sabemos que no es fácil, pero tampoco imposible. Por eso, hemos preparado una guía práctica y sencilla de pasos a seguir:
Respira profundo antes de llegar a casa y suelta las frustraciones. Los niños son muy perceptivos y captan la ansiedad. Tu rol como adulto es mantenerte tranquilo para darle seguridad y poder estar atento a sus necesidades.
Los niños son inteligentes y hasta en el colegio conversan de las situaciones que observan. Ocultarles la realidad solo hará que pierdan confianza en ti y se alejen. Explícales de la mejor forma (y acorde a su edad) lo que sucede y abre el espacio para que aclaren sus dudas contigo.
Respóndele todas las dudas y preguntas que tengan de la manera más sencilla que encuentres. Evita darles detalles innecesarios que puedan alterarlo o perturbarlo, pero habla siempre con la verdad para que no vivan una realidad distorsionada.
Cuidar su infancia es estar pendiente a estos detalles. Mantente alerta en las redes sociales, los noticieros o incluso en las imágenes del teléfono. Crea un espacio de tranquilidad para ellos: llévalos a ver una película acorde a su edad (en la casa o en el cine) y sácalos del caos.
Haz lo posible por mantener sus horas de dormir, hacer tareas, jugar, ver televisión, asistir a actividades recreativas, entre otros. Así le darás sensación de seguridad y tranquilidad. Pero quédate alerta a sus actitudes frente a estos eventos, la intranquilidad para dormir o el miedo a quedarse solos son símbolos que debes atender.
Habla con ellos, no los ignores, abrázalos y hazles sentir que te importan, que los quieres y que estás pendiente de ellos. En estos momentos lo que más necesitan es sentir que tu presencia les de seguridad.
En estos momentos es muy importante conocer sus opiniones, escuchar lo que sienten, lo que observan, lo que les inquieta. Toma momentos a solas y siéntate a conversar sin juzgarlos. Muéstrales que es normal sentir miedo, rabia y tristeza, pero que todo pasa.
Dedícales tiempo. Retoma los juegos, ponte a cantar, a pintar, a dibujar con ello, sal a pasear o incluso a comerte un helado. Sé su cuota de diversión y sigue alimentando tu relación con ellos.
En tiempos de crisis, los padres son el soporte y la estabilidad física y emocional de los niños. Cuídate, quiérete y protégete tú también para que puedas hacerlo con ellos.