¿Te parece irrelevante desviar la atención mientras manejas para atender una llamada o escribir un mensaje de texto? Descubre que cada instante es decisivo cuando te encuentras frente al volante.
Si bien la tecnología ha avanzando en beneficio de las sociedades, millones de personas, tanto en Venezuela como en otros continentes, la han llevado a un campo donde está lejos de ser beneficiosa: el manejo. Quienes se dedican a la educación vial desde hace más de 30 años, recuerdan que desde la aparición de las primeras radios para vehículos, en la década de 1970, se ha advertido sobre la distracción que le causan al chofer cuando lo manipulan mientras conducen.
Luego irrumpieron las radios con cassettes y posteriormente los reproductores de discos compactos (CD), y aún cuando la acción se redujo de sacar-voltear-meter a sacar-meter, seguían siendo distractores. Pero en la última década un nuevo equipo apareció para agravar la situación, tanto que su uso es restringido en leyes nacionales.
«El celular es una de las primeras cuatro causas de accidentes de tránsito en el país. Primero está el exceso de velocidad, le sigue el consumo de alcohol, el no cumplimiento de las normas de tránsito y el uso de celulares, muy cerca de empatar el tercer lugar», dice sin titubeos Beatriz Ornes, presidenta de la Fundación de Educación y Seguridad Vial (Fesvial).
Para Ornes, vinculada a la educación vial desde 1986, el celular ha escalado posición en las causas de accidentes, incluso cuando es usado bajo la modalidad de manos libres, pues «cuando se mantiene una conversación, incluso con un acompañante, la atención en la vía disminuye y puedes, desde pasarte un semáforo hasta dar un frenazo que produzca un accidente, chocar al de adelante o que te choquen por detrás, por lo abrupto del frenazo. ¿A quién no le ha pasado?», expresa la educadora.
Y es que según estudios efectuados por distintas organizaciones, uno de ellos correspondiente al Instituto de Investigación en Tráfico y Seguridad Vial de la Universidad de Valencia (España), «los momentos más peligrosos cuando se combina el manejo y el celular son la recepción de la llamada y marcar un número. El tiempo de reacción al volante aumenta de 0,5 segundos a 1,5 segundos cuando se habla por el teléfono móvil y los conductores tienen dificultades para corregir posiciones en su canal, mantener una velocidad adecuada y percibir situaciones de inseguridad en la circulación».
Más cerca, investigaciones locales del Instituto Autónomo de Tránsito, Transporte y Circulación del municipio Chacao, estado Miranda, indican que cuando un conductor está manejando y usa el celular, indistintamente de la función (revisa Internet, busca un número o escribe un mensaje), la atención se reduce 30%, cifra que algunos interpretan como riesgo, y advierten que el chofer triplica la probabilidad de sufrir un accidente de tránsito. Según este mismo instituto, de los 600 choques simples que se producen cada mes en Chacao, 75% son causados por conductores distraídos con sus teléfonos móviles. Cifras correspondientes a junio de 2010 y que según fuentes del organismo no han variado.
Vulnerabilidad en números
Según el anuario de mortalidad publicado por el Ministerio de Salud (del año 2007), los accidentes de tránsito fueron la tercera causa de muerte en el país durante ese año (y los anteriores), aunque desde 2008, según datos extraoficiales, bajó al cuarto puesto dando paso a los homicidios. En 2007 fallecieron 7.461 venezolanos por este tipo de accidentes, lo que se traduce en 20 muertes cada día.
El Instituto Nacional de Transporte Terrestre (Intt) no maneja los datos sobre la relación entre el uso de celulares y los accidentes, según informaron, pero el hecho de que 90% se produzcan por imprudencias del conductor, llama a la reflexión. Si se desglosa la cifra por género, los hombres son los más afectados (80% de los decesos) y los accidentes son la cuarta causa de muerte en ellos, después de las enfermedades del corazón, cáncer y homicidios o suicidios. En las mujeres venezolanas constituye la quinta causa de muerte (detrás de las enfermedades del corazón, cáncer, enfermedades cerebrovasculares y diabetes).
«Para las personas que andan a pie es igual de riesgoso porque no ven los semáforos o cruzan donde no deben y pueden ser arrollados, igual si van escuchando música», advierte la especialista en educación vial, quien se interrumpe a sí misma para hacer una acotación: «ahora con la cantidad de motorizados habría que revisar si el promedio de peatones atropellados a diario ha aumentado».