“Para educar a un niño hace falta una tribu entera”. Cuando leí por primera vez este proverbio africano me impactó. La maternidad siempre ha sido un tema importante en mi vida y juraba que me había preparado suficientemente para ejercerla, craso error. Descubrí que nada te prepara para la maternidad.
De los aprendizajes que me ha ofrecido esta experiencia uno sobre el cual he reflexionado bastante es sobre esa palabra de peso pesado: criar. Me parece contra natura la idea de criar a un niño en el seno de un hogar pequeño constituido por papá, mamá y bebé. El proverbio africano encierra una enorme sabiduría de la cual sospecho que nos hemos desconectado un poco: somos seres sociales, andamos en manada y la supervivencia de la especie siempre ha estado relacionada con la idea de vivir en sociedad. Juntos logramos más.
Leyendo sobre el tema me encontré con el concepto de crianza compartida, una forma de interpretar y poner en práctica el proverbio africano. Esta movida ya cuenta con grupos de familias que se unieron para compartir entre ellos su experiencia con la crianza. Estos grupos son una fuente importante de apoyo y crecimiento personal, también, a mi modo de ver, son espacios de encuentro para liberar a madres y padres de toda esa presión a la que nos vemos expuestos a diario. Ser padres es gratificante, sí, pero también es una experiencia agotadora y en muchos casos llena de momentos emocionalmente difíciles que, si no contamos con las herramientas adecuadas, pueden debilitarnos, deprimirnos y afectar negativamente nuestras relaciones.
Claves de una crianza compartida:
Sin prejuicios ni críticas: contar con una red de apoyo no significa que dejaremos en manos de otros la educación de nuestros hijos. Significa entender que todos tenemos co-responsabilidad en la crianza. Cuando hacemos uso de la red de apoyo esperamos el soporte positivo sin críticas. Lo ideal es procurar un grupo de personas que compartan nuestro sistema de valores y que hagan aportes valiosos a la educación y el bienestar de nuestros hijos.
Amor y límites: mucho se dice sobre la importancia de criar a los niños bajo estas dos premisas. Cuando buscamos un centro de cuidado para nuestros hijos o cuando decidimos dejarlo con alguien de nuestra red de apoyo es importante que tengamos la certeza de que en ese espacio nuestros hijos se sentirán amados y seguros como si estuvieran con nosotros. La crianza compartida debe garantizar siempre el bienestar físico y emocional de los pequeños y para lograr esto los niños necesitan sentirse en confianza y dentro de un espacio lleno de armonía.
Apoyo para padres: no solo los niños necesitan de comprensión. Los padres también están en un proceso de aprendizaje por lo que necesitan que quienes estén a su alrededor ayudándoles y ofreciéndoles soporte, lo hagan desde una mirada empática. Los padres necesitan liberar sus emociones negativas, conversar sobre lo que los inquieta y validar sus sentimientos frente al proceso de criar. Para eso también es necesaria la red de apoyo.
Cuéntanos tu experiencia. ¿Crees que hemos perdido la tribu para la crianza? ¿Hasta dónde puede participar la sociedad en la crianza de nuestros hijos? ¿Debería haber más espacios que promuevan la crianza compartida con la participación de la familia y amigos cercanos?