Por su amabilidad y ejemplo de ciudadanía, el arraigo de sus habitantes, sus manifestaciones culturales y la gloriosa hechura de sus patacones, existe más de una razón para hacerse fan de Maracaibo.
A la calurosa ciudad provoca andarla en taxi, aunque haya bus y metro. Un libre es el lugar perfecto para reposar unos minutos del calor. Para que le vuelva el alma al cuerpo a uno. Para agarrar energía entre un patacón y un paseíto por el paseo de la vereda del lago. Montada en varios taxis y en paradas coloridas transcurre esta acalorada crónica.
Mirada extraña a la tierra del sol amada
Sin importar el transporte en el que usted se traslade, Maracaibo sorprende gratamente por su rostro y trato amable. Ni siquiera el desenfreno al manejar de los taxistas es capaz de solapar la buena impresión que causan sus calles libres de basura; sus plazas grandes y pequeñas, tan bonitas e impecables que invitan a echar una conversa, incluso debajo del sol de 40 grados que uno intuye en la piel caliente; sus gentiles personajes que te recomiendan comer las especialidades gastronómicas típicas de la región o que comparten sin pudor su amor sin medidas por la región; su paseo de bellas iglesias, encabezada por la Basílica de la Chinita, que invita a rezar al más incrédulo.
Gastronomía maracucha con calidad de exportación
El desayuno predilecto de un maracucho: “un yoyo, una mandoca, un tequeño, una papita, una empanada o un pastelito”, afirma el taxista a quien le pedimos que nos lleve a algún sitio en el que podamos probar alguno de estos platos típicos. El paso 1 es olvidar por completo la dieta, pues el desayuno maracucho es una sola fritura que además se acompaña con una Pepsi. Pero se puede hacer una excepción en el régimen y comer una papita -que parece un buñuelo hecho de yuca, relleno de queso derretido. Al final es una bolita suculenta que invita a repetir el pecado un par de veces más.
Los zulianos han institucionalizado su gastronomía más allá de los carritos y puestos de la calle. Chops es un ejemplo: una franquicia con presencia en siete puntos de Maracaibo, incluidos 5 centros comerciales, ofrece a sus comensales diferente variedad de patacones, tequeños y otros ejemplares de la región.
Gaita zuliana todo el año
En Maracaibo los jóvenes bailan al ritmo del reguetón, el vallenato o el tradicional merengue. Pero aunque algunos renieguen de ella, la gaita zuliana pulula en los rincones de Maracaibo. Se deja escuchar y ver en varias emisoras como Rumbera Network Maracaibo (98.7fm), Aventura (106.1fm) y en los canales regionales Tele N y Telecolor. Y, aunque no haya locales dedicados exclusivamente a poner a la gente a bailar al ritmo de la gaita como antaño, “el género musical sigue vivo en el corazón de la gente” según afirma el compositor Leandro “El papi” Zuleta.
Lo cuenta mientras espera el turno junto a la agrupación Destello Gaitero en la tarima del local “Alvaritos”, que ofrece shows en vivo de gaita zuliana los jueves de cada semana.
Y así lo confirma la experiencia. Sólo tres caraqueños en el sitio y un gocho. El resto de las almas eran zulianas y coreaban cerrando los ojos el estribillo de Sentir Zuliano: “cuando voy a Maracaibo y empiezo a pasar el puente, siento una emoción tan grande que se me nubla la mente…”.
Otro rincón gaitero que cuenta el amor por la tradición es Pa’ que Luis. Esa bodega que se hizo famosa gracias a la pluma del compositor Arcadio Martínez, mantiene sus puertas abiertas a quienes deseen estar como en casa escuchando gaita y tomando una cerveza fría.
Alcaldía y gobierno apoyan el género cada quien desde su esquina. La alcaldía realiza el evento “El Zulia elige la gaita del año”, que hasta 2007 entregó premios millonarios que alcanzaban los 150.000 bolívares fuertes. La gobernación por su parte construye en Santa Lucía (cerquita de “Pa’ que Luis”) el Museo de la Zulianidad, capítulo Gaita.
Destinos imperdibles
El Museo de Arte Contemporáneo del Zulia (Maczul), tan imponente en su estructura como interesante en sus exposiciones; El Centro Cultural Lía Bermúdez, escenario de numerosísimas actividades durante todo el año.
El paseo de La Vereda del Lago, un hermoso parque construido frente al Lago de Maracaibo, en el que se puede caminar, hacer reuniones, bajo las churuatas, montar bicicleta, entre otras actividades al aire libre; son algunos de los lugares a los que turistas y locales pueden acudir en su tiempo libre en la ciudad.
Fotos: Luz Urquiaga