La práctica de ejercicios en los niños aporta beneficios positivos a su salud. Los últimos estudios afirman que el 55,4% de los jóvenes entre 9 y 17 años, no realizan 60 minutos de actividad física al día. Esto incrementa los riesgos de sufrir ataques cardiacos y disminuye la capacidad pulmonar.
El pediatra Iván Carabaño Aguado, jefe de servicio del Hospital Universitario Rey Juan Carlos, propone el modelo de la pirámide deportiva y destaca que lo más importante para el niño es que el deporte que realice sea de su agrado para que se motive a practicarlo de forma estable. Lo ideal es una actividad al aire libre, aeróbica y en equipo. También advierte que se deben reducir las conductas sedentarias como ver televisión, videojuegos, uso de tablets, etc.
Tres días a la semana: ejercicios de fuerza y flexibilidad como ballet o artes marciales.
De 5 a 7 días a la semana: ejercicio aeróbico como fútbol o baloncesto. Actividades recreativas tradicionales como carreras de relevo.
Todos los días: acciones cotidianas como subir escaleras, ir caminando al colegio, correr, jugar o saltar.
El ejercicio físico excesivo puede lesionar el aparato locomotor del niño, induce de manera acelerada cuadros degenerativos como la artrosis y daña la placa de crecimiento. El tiempo de ocio es igual de importante para los adultos y niños, además, el pequeño también debe tener espacios para estudiar y otras actividades intelectuales.