Hay oficios que definen su esencia porque básicamente consisten en ayudar a otros. Algunas de estas profesiones pueden ser peligrosas, otras exigen dedicación a tiempo completo y en algunos casos sus oficios los involucran más allá de una tradicional jornada laboral, pero lo que todas tienen en común es que se trata de profesiones que requieren una completa vocación de servicio.
La mayoría de las veces ni siquiera reciben el reconocimiento merecido por el aporte indudable que significa su labor pero aunque se mantengan como héroes anónimos, seguramente su influencia cambió la vida de alguien que lo necesitaba.
Cada vez que suena la sirena de emergencia un grupo de bomberos sale de inmediato a atender una situación de peligro: incendios, manejo de sustancias peligrosas, primeros auxilios en accidentes viales.
Los bomberos están formados para poner su vida en riesgo con tal de ayudar a otros y se entrenan para estar alertas a los llamados de ayuda, sea de día o de noche. Su eficiencia y conocimiento para atender situaciones de riesgo definen su trabajo diario.
Los rescatistas también son profesionales entrenados para el riesgo, igual que los bomberos. El rescate es una disciplina muy exigente que requiere voluntad, temple, respeto y conocimiento de la naturaleza, valentía y dedicación.
Trabajar como rescatista es estar preparados para enfrentar condiciones naturales adversas, jornadas interminables y lo más importante: la responsabilidad de salvar la vida de alguien.
Los rescatistas son personas que desarrollan características de fortaleza física, psicológica y emocional para afrontar situaciones de peligro constante en las cuales el tiempo y las decisiones oportunas definen la posibilidad de supervivencia de otras personas.
El voluntariado es una labor que en sí misma define de qué se trata la solidaridad: es prestar un servicio sin recibir nada a cambio. Muchos activistas de derechos humanos, ecologistas, proteccionistas o profesionales que prestan su conocimiento a determinadas causas trabajan de manera gratuita para impulsar un proyecto de beneficencia o para atender una necesidad existente.
Los voluntarios son trabajadores sin horarios, que muchas veces laboran en condiciones mínimas y que solo reciben el agradecimiento y la satisfacción de dar una mano amiga a quien más lo necesite.
La salud siempre ha requerido de una enorme carga de responsabilidad y solidaridad con otros. La medicina y la enfermería son profesiones sumamente exigentes que rompen los esquemas de horarios de trabajo e involucran a estos profesionales con las necesidades más básicas de alguien que se encuentra en una situación vulnerable.
Los médicos y profesionales de la enfermería atienden en condiciones sumamente difíciles porque en sus manos está la vida y el bienestar de otros.
Muchas veces una mano o un abrazo sanador junto a una palabra de aliento de estos profesionales resulta más medicinal que cualquier medicamento.