Más de la mitad del año quedó atrás y muchos de los propósitos con los que prometimos comenzar este nuevo período probablemente han quedado abandonados en el camino. Antes de que nos sorprenda diciembre y nos sentemos a emprender una nueva lista ¿por qué no revisamos cómo reenfocarnos y desempolvar esa lista de objetivos para cerrar este año con muchos de nuestros objetivos cumplidos?
El primer mes del año está cargado de inspiración para hacer miles de cosas, es el momento idóneo para decir: «este año sí lo haré”. Dejar de fumar, comer mejor, descansar más, perder peso, compartir más tiempo en familia. Metas sencillas que se convierten en listones altos aunque se trate de hábitos cotidianos.
Pero al preguntar ¿cuántos propósitos cumpliste este año? las encuestas a usuarios de la web reflejan que 30% de las personas había abandonado desde el mes de febrero la mitad de su lista y el 70% que lograba llevarlos hasta mitad de año, no cumplía ni la mitad de lo que se propuso al principio.
Las principales razones argumentadas eran: falta de un plan, hacer demasiados propósitos, fijarse la idea de “cumplir todo o no hacer nada”, frustrarse rápidamente por no obtener resultados a corto plazo y postergar las cosas para empezarlas en el “momento perfecto”.
No hay que tirar la toalla. Aunque veamos diciembre a la vuelta de la esquina aún podemos organizarnos para hacer de esos propósitos de año nuevo una oportunidad de iniciar un cambio en nuestra vida.
1) Establecer un plan de acción. Hay que ser realista al pensar en una meta que nos encantaría incorporar como rutina pero que nunca ha formado parte de nuestra vida. «Correr un maratón», por ejemplo, es un gran objetivo y una actividad muy inspiradora pero si nunca hemos corrido ni siquiera como hobby lo más probable es que se quede como un bonita idea. Fijar un propósito requiere un camino, una ruta que le permita llevarlo a cabo. Ese es el primer paso.
2) Fijar menos objetivos pero ser más precisos. Un año tiene doce meses así que si tienes una lista que supera los 15 propósitos te estás fijando una meta más larga que la del tiempo del que dispones para planificarla. Si tus objetivos están asociados a proyectos a largo plazo como cambiar de trabajo o mudarte, entonces ubica cuál es el mes más propicio para iniciar la planificación y el tiempo aproximado que debes dedicarle.
3) Tener presente y visible la lista. Si la dejamos por escrito, no está demás que la ubiquemos en un lugar donde podamos observarla continuamente. Utiliza recursos visuales (colores, frases y letras grandes, fotografías) que ayuden a mantenerla como un recordatorio porque la mayoría de las personas tiene la tendencia a hacer una lista en la que no piensan después. Si tienes un propósito como «viajar a este destino», ayúdate con una imagen que te recuerde con frecuencia que debes tenerlo en el radar y hacer lo posible para que eso ocurra.
4) Dejar de lado los extremos y apreciar lo que logramos. Pensar en términos de “todo o nada” solo permite que los resultados sean un «éxito» o un «fracaso». Cada comienzo es una oportunidad, así que no podemos limitarlo al principio del año. Cada mes, cada semana, cada día es una oportunidad. Empezar «de cero» todos los enero es asumir que el año anterior no tiene nada que sumar. Todos los días son buenos para comenzar un propósito que nos aporte mejor calidad de vida.
5) Entender y recordar el por qué. Para motivarnos es necesario tener clara la razón que nos impulsa. Hacer propósitos no puede ser solo una tendencia de moda o la repetición de una lista genérica: hay que pensar en las necesidades que hicieron de ese propósito un objetivo importante. Perder peso, dejar de fumar, hacer más actividades deportivas es importante, pero no por sí sola, es una meta porque se transforma en una posibilidad de vivir mejor. Si tienes una idea y lo conviertes en una acción será más motivador: «si dejo de fumar tendré más energía para salir a trotar».
Busca tu lista, desempolva tus proyectos y fíjate una nueva meta. Terminar el año con varios objetivos cumplidos tendrá la recompensa de la constancia.