Roberto Weil trabaja para enriquecer el humor de los venezolanos y en su currículo cuenta con un título de Ingeniero Industrial, varios premios de gimnasia, un disco y, por supuesto, sus trabajos más conocidos: las ilustraciones.
Este caricaturista es conocido simplemente por su apellido, nació en Caracas el 31 de enero de 1967, creció en la urbanización La Trinidad en la misma casa donde hoy en día vive. A los 13 años, su familia se mudó para Estados Unidos y cuando regresó, diez años más tarde y con título universitario, decidió ejercer su carrera. Esta decisión duró muy poco tiempo, tan poco que le cuesta precisarlo. Duró lo necesario para que Weil se diera cuenta de que podía vivir de la actividad que más le gustaba: dibujar.
Weil pensó que lo de dibujar no pasaría de ser algo freelance. Se considera un autodidacta porque en realidad nunca estudió dibujo, a diferencia de la música, otra área que lo apasiona y que ha estudiado en algunos cursos.
Dibuja desde que es niño pero es a partir de su trabajo en El Diario de Caracas cuando empezó a recibir remuneración por sus ilustraciones. Su despegue en este medio le dio chance de experimentar en otros periódicos.
A los años vio como Rayma fue reconocida por sus dibujos y fue entonces cuando le cayó la locha, como quien dice, y se propuso conseguir un trabajo como caricaturista de humor. “Para vender tu trabajo tienes que darte a conocer”, fue su conclusión.
En el año 2000 tocó la puerta de un periódico que apenas nacía, Tal Cual -dirigido por Teodoro Petkoff- en donde le dieron el trabajo. “Allí me tuvieron mucha paciencia porque realmente mis caricaturas durante los primeros 6 meses eran muy malas, no hacían reír y no eran agudas”, confiesa Weil a la vez que se tapa la cara con la mano.
Actualmente Weil comparte su trabajo en Tal Cual con las ilustraciones que realiza para la revista Dominical del periódico Últimas Noticias.
De todo lo que ha hecho, ¿qué es lo que más le gusta?
Lo que más me gusta es ilustrar, pintar y la caricatura de humor. Las cosas de largo plazo me cuestan un poco.
Con más de 10 años en el oficio, ¿cómo considera su trabajo de hoy?
Mis caricaturas empezaron a mejorar porque la gente comenzó a comentarlas. Ha sido un trabajo difícil y me ha vuelto medio neurótico. Ahorita ya me siento más libre haciéndolas. Al final las influencias que tengas te forman un estilo.
Hay días llenos de noticias que pueden no resultar tan jocosas, en otros parece no haber pasado nada y hay algunos llenos de noticias de último momento.
¿Cuándo es más difícil hacer caricaturas?
Cuando pasan cosas terribles en cierto modo el trabajo es más fácil, si hay una noticia muy mala eso te da mucho material. Las noticias facilitan que la gente se ría. Uno trata de plantearse un escenario para la caricatura porque tienes un grupo de gente que te ve.
¿Qué más se puede esperar de Weil?
Como necesito tomar fotos de mis trabajos para digitalizarlos, la fotografía se ha vuelto como una adicción para mí. Con respecto al área del dibujo siento que estoy aprendiendo muchísimo en la parte de la técnica: está la computadora (computación gráfica), la acuarela y el acrílico, ahora estoy tratando de vender mi trabajo por Internet. En realidad necesito estar dibujando aunque no los venda porque me hace sentir que vale la pena, una de las razones por las cuales vivo es por dibujar, me hace sentir bien lo venda o no lo venda.
Dos reglas de oro de un caricaturista:
Primero debes tener orden y constancia, hay que ser sistemático porque todos los días tienes que entregar la caricatura a una hora. Lo otro es que hay que tratar de no hacer tantas cosas en la vida y dedicarte sólo a una, claro de repente luego de hacer todas esas cosas es que puedes escoger. Hay que tratar de hacer una cosa en la vida pero bien hecha, pero para llegar a hacer esa sola cosa hay que pasar por mucho, hay gente que nace y ya sabe lo que quiere hacer, esos son unos benditos. Para los que somos más mortales hay que irse enfocando.