Desde que nacemos sentimos el calor, la protección y el amor que los abrazos transmiten. No en vano es uno de los primeros actos que guardamos en la piel y en la memoria, aún sin tener consciencia. ¿Recuerdas en la infancia cómo el miedo, el cansancio o la alegría siempre terminaban reducidos a un abrazo fuerte y cálido? Su poder va más allá de las palabras, no tiene edad y, sin duda, la sensación de gozo la experimenta no solo quien da el abrazo, sino quién lo recibe. Y recientemente ha sido reconocido como terapia dandole origen así a la Abrazoterapia .
Rodear con los brazos a una persona es una de las formas más auténticas de comunicación no verbal y expresión emocional y, además, ayuda a mejorar y sanar nuestras relaciones. Probablemente existen pocas terapias naturales y ecológicas, tan sencillas, económicas y agradables como la de dar y recibir abrazos.
Independientemente de la causa, la realidad es que existen diversas circunstancias en las que el contacto físico tiene efectos terapéuticos, en especial cuando atravesamos situaciones adversas que aumentan los niveles de estrés. De hecho, la ciencia ha respaldado esta teoría y en muchos países se ha implementado la terapia del abrazo o “abrazoterapia” para proporcionar un apoyo emocional o alivio temporal a diversos padecimientos producidos por el estrés.
Según Lía Barbery, orientadora emocional, originaria de Uruguay, residenciada en las Islas Canarias y autora del libro “El lenguaje de los abrazos”, el llamado “estímulo abrazo” “es sanador, entre otras cosas, porque induce una variada respuesta química en nuestro cerebro, que consiste en la liberación de lo que podrían llamarse: antibióticos naturales”.
“Al abrazar, nuestro organismo libera sustancias tales como la oxitocina, conocida como la hormona del apego y el afecto; las endorfinas, que favorecen la sensación de bienestar; la DHEA u hormona de la juventud; y la somatotropina u hormona del crecimiento; entre otras”, explica Barbery, refiriéndose a lo que califica como “¡un regalo ecológicamente natural!”.
Entre las bondades del contacto físico por medio del abrazo encontramos que:
Ahora bien, existen diferentes tipos de abrazo: de oso, tipos sándwich, de mejilla, grupal, de costado, por la espalda, de corazón y a la medida. Cada uno refleja diversas sensaciones o sentimientos, pero encajonarlos sería un error porque cada persona abraza como aprendió, como siente y como le nace; y su poder sanador está en darlo, recibirlo y disfrutarlo. Si quieres comprobarlo ponla en práctica cuando veas a alguien conmovido, aturdido o incluso estresado y notarás cómo la actitud cambiará casi inmediatamente.