“Muchacho mala boca” dice la abuela cuando el niño frunce el ceño frente al plato de brócolis. No es un secreto que en la mesa, cuando hay niños chiquitos, el reinado se lo lleva la cajita feliz y su promesa de frituras y juguetes de moda, los niños no tiene la culpa de que el brócoli sea insípido y parezca más un pequeño y triste árbol que un apetitoso alimento. La mala alimentación infantil que puede derivar en niños con sobrepeso u obesos, es considerada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como uno de los problemas de salud pública más graves del siglo XXI, según cifras de esta organización en 2010 había 42 millones de niños con sobrepeso en todo el mundo.
En muchas casas la hora de la comida puede convertirse en una verdadera batalla, una larga lucha en la que los niños dispuestos a vencer son capaces de ponerse morados aguantando la respiración, llorar y llorar y seguir llorando hasta que sus padres agotados sucumben y dejan de lado el plato balanceado. Así pasaba en casa de Nadyra Muhammad, psicopedagoga, y su pequeña hija Natalia.
“Yo podía mantenerla en su silla de comer hasta media hora para que se comiera la sopa sin dejarme manipular con el llanto, en lugar de entender que lo que me estaba diciendo era que su barriguita ya estaba llena”, cuenta Nadyra, para quien la historia de largas batallas en la mesa comenzó luego del primer año de su hija. Nadyra confiesa que el problema lo creó ella el día en que comenzó a obligarla con el propósito de que comiera vegetales y evitar que sufriera sobrepeso. “Creé un problema mayor porque en lugar de enseñarla a comer bien le enseñé que comer es horrible”, agrega.
Nadyra no se rindió y pasó de ser un cuento de Ogros y llanto a una historia de aventura con final feliz.
Platos de cuento
“Una noche que estaba preparando el almuerzo del día siguiente se me ocurrió cortar la carne de Natalia en forma de tortuga y ya que tenía una tortuga pues puse la ensalada como si fuera la grama, una flor de puré de papas y lo completé con un sol de plátano. Ese fue el primer almuerzo decorado de Natalia. La verdad que cuando ella lo vio se sonrió pero no se entusiasmó mucho, no me hice grandes expectativas. La sorpresa grande fue cuando me entregaron en el colegio el plato del almuerzo casi vacío, yo no lo podía creer”.
Desde entonces la experiencia de cocina diaria de Nadyra pasa por un proceso casi literario: todas las noches se inventa una historia que decora con figuras varias en un plato de comida balanceada.
“Hoy en día Natalia come de todo: granos, carne, pollo, pescado y cualquier vegetal cocido. Los vegetales crudos son un poco más difíciles para los chiquiticos, pero ese junto con las frutas picadas son mi próximo reto”, cuenta Nadyra, agregando que su fuente de inspiración son los mismos cuentos que le dice a su hija y siempre trata de utilizar figuras con las que Natalia se sienta identificada.
7 Consejos de Nadyra para tener comidas con final feliz
“La gente se anima poco a montar el plato con los cortadores de galletas para hacer figuritas porque piensan que es un trabajón increíble, sin embargo quienes lo han intentado en seguida me escriben asombradas por lo sencillo que es y yo siempre les digo que si no fuera sencillo yo no podría hacerlo”.
1.- Los buenos hábitos de alimentación se adquieren desde pequeños, es muy raro ver a un adulto con malos hábitos de alimentación que diga que le ha resultado facilísimo aprender a comer bien. Me horrorizan las cenas de pastina con queso crema o almuerzos de nuggets con papas fritas, me parece que allí le estamos haciendo un daño de por vida a nuestros hijos.
2.- Los buenos hábitos de alimentación no son una cuestión de suerte ni de esfuerzo ocasional, son una cuestión de constancia, es ofrecer a la familia comida nutricionalmente de calidad en todas las comidas, todos los días, no únicamente el día que tengas ganas de cocinar rico.
3.- Debe ser un hábito ver en el plato los vegetales, los aliños picados y alimentos nuevos. Unos niños que coman bien deben estar acostumbrados a que con frecuencia hay algo nuevo aunque sea para probar. Algunos estudios indican que para que un niño se aventure a probar hay que servirle el alimento nuevo entre ocho y diez veces.
4.- La buena alimentación en los niños comienza con el ejemplo, si papá y mamá comen mal, pues los hijos también lo harán. Padres e hijos deben comer lo mismo. Adicionalmente me parece un esfuerzo terrible tener un menú diferente ajustado al gusto de cada miembro de la familia. Desde que Natalia comenzó a comer alimentos sólidos en casa los tres comemos lo mismo.
5.- Tener niños bien alimentados no es tener niños comelones. Como padres debemos aprender a respetar cuando nuestros hijos nos dicen que ya no quieren más en lugar de enseñarles a que deben comerse todo lo que hay en el plato o premiar con un postre o una chuchería el plato vacío, eso a mi modo de ver es terrible.
6.- Las meriendas también pueden ser saludables. Hay una gran variedad de meriendas apropiadas que no justifican para nada los caramelos, las chupetas o las bolsitas de chucherías llenas de colorantes y químicos. Yo prefiero siempre un ponqué, cereal o galletas con leche, pan con Nutella, un chocolate de leche, helado de mantecado, galletas de soda con mermelada, yogourt, gelatina, quesillo, natilla.
7.- El momento de la comida debe ser agradable, a nadie le gusta comer regañado, amenazado ni castigado. Yo me horrorizo cuando veo escenas en donde la cara del niño está cubierta de lágrimas y aún así le siguen dando forzadamente cada cucharada de comida con una cara furiosa delante de él. Eso lejos de lograr que la criatura quiera comer lo que hace es que para la próxima vez ya esté predispuesto aún antes de sentarse en la mesa.
Conoce más de Nadyra leyendo su experiencia en ElGourmetUrbano o forma parte de la conversación con ella en Twitter @MamaDeNatalia
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Foto: Luz Urquiaga
Si bien es cierto la alimentación del niño depende de la alimentaciòn de los padres y al premiarlos con dulces no sanos dan inicio a la obesidad. Mi hija actualmente esta siguiendo una dieta balanceada y no ha recurrido a comer carbohidratos a cada rato, ya que con las porciones que ingiere en su menu queda satisfecha. Me encanta este articulo…
Hola Yelny, gracias por tu comentario y por compartir tu experiencia personal. Que bueno que tu hija está comiendo cada día mejor. Saludos.
Hola que buenos consejos, pero como haces para que la comida llegue ordenada en la lonchera si la mueven tanto en el camino al colegio? saludos.
Hola, Sandra, gracias por escribirnos. Para responder tu pregunta le diremos a @mamadenatalia que te escriba por esta vía. Esperamos que estos consejos te sean de utilidad.