El ejercicio físico mejora la calidad de vida de las personas con diabetes y forma parte del triángulo terapéutico de las personas que, conjuntamente con la dieta y la medicación (insulina o hipoglicemiantes), aporta mayores beneficios que riesgos.
Quienes piensan que la diabetes es una enfermedad que limita las capacidades físicas, dificulta la vida e impide la realización de muchas actividades, deben conocer que personajes como Gary Hall, el multi medallista olímpico estadounidense, considerado uno de los hombres más rápidos del mundo en el agua y recientemente retirado de la natación; a Joe Frazier, ex campeón mundial de boxeo en la categoría de peso pesado; Iosu Feijoo, alpinista que coronó el Everest, entre otros, son diabéticos.
Los hábitos de vida actuales y, concretamente, el sedentarismo y la mala alimentación, son la causa del incremento del número de diabéticos en todo el mundo, que asciende hasta 140 millones y que se elevará, según las estimaciones de los expertos, hasta 300 millones en el año 2025.
El papel positivo del ejercicio sobre la diabetes se conoce desde hace muchos años. Actualmente se recomienda la práctica deportiva regular a las personas diabéticas porque, junto con la dieta y el tratamiento con medicamentos, son los pilares básicos para el control de la glicemia en los diabéticos.
La práctica del ejercicio físico con regularidad puede ayudar a controlar esta condición al mantener los niveles de glucosa en sangre dentro de los parámetros normales.
El ejercicio ayuda a su cuerpo a usar mejor la insulina, sea la suya o la inyectada. Mover los músculos de su cuerpo facilita a la insulina la extracción de la glucosa de la sangre y su traslado a las células. La actividad regular y el ejercicio hacen que algunas personas puedan reducir la cantidad de medicación que toman para el control de la diabetes.
Ejercitarse con regularidad puede ayudar a bajar el colesterol total, el colesterol “malo” o LDL y los triglicéridos mientras eleva el colesterol “bueno” o HDL. Algunas personas encuentran que también mejora su presión arterial. Estos cambios pueden reducir las probabilidades de las enfermedades de los vasos sanguíneos, ataques al corazón o accidentes cerebro-vasculares.
El ejercicio regular también puede ayudar a las personas a bajar de peso o prevenir el aumento de peso. Puede ayudar a dormir mejor y reducir el estrés.
Si puede, haga ejercicio todos los días o trate de hacerlo día por medio. Si no está acostumbrado, comience lentamente hasta hacer por lo menos 30 minutos por día. Elegir diferentes actividades puede ayudarlo a evitar el aburrimiento. De modo que ejercitarse no sea una obligación sino un placer. Se necesita compromiso para cambiar e incluir la actividad física entre sus hábitos. La clave está en agregar actividad paulatinamente. No se deprima si se queda sin aliento o si deja por algunos días la actividad. Simplemente, empiece de nuevo cuando esté listo.
Caminar o correr de forma suave, sin realizar cambios de ritmo bruscos, es uno de los ejercicios más recomendables para el diabético. Los deportes que utilizan preferentemente el metabolismo aeróbico, es decir, los de resistencia, son los más adecuados. Atletismo (carreras de fondo), ciclismo, natación, ir en bicicleta, futbol, tenis, golf, o simplemente caminar, son algunos ejemplos, ya que estos deportes no requieren gastos bruscos de energía sino esfuerzos mantenidos.
Las personas con diabetes deben saber que existen algunos deportes prohibidos: todos aquellos en los que la aparición de una eventual hipoglicemia ponga su vida en riesgo (pesca submarina, deportes de motor, paracaidismo). Un desmayo originado por una disminución de la glicemia podría tener consecuencias fatales. También quedan descartados, debido al riesgo de una lesión vascular, los deportes con traumatismos violentos y repetidos, como boxeo o artes marciales.
Queda claro pues, que tomando las medidas precisas y adecuadas el deporte es hoy un gran aliado de las personas con diabetes como lo demuestran innumerables estudios que se han realizado hasta la fecha. Sin embargo, las personas con diabetes realmente necesitan tener más cuidado respecto a cuándo y por cuánto tiempo realizar ejercicios. Como en el caso de la alimentación, es conveniente que planifique la actividad física.