La voz es nuestro principal instrumento de comunicación y para muchos, es incluso una herramienta de trabajo. Como cualquier otro músculo u órgano del cuerpo, la voz está expuesta a lesiones y debemos tomar precauciones para protegerla (especialmente quienes más la usan).
La Organización Internacional del Trabajo (OIT) califica la docencia como una de las profesiones con más riesgo de sufrir enfermedades asociadas a la voz. Los cantantes son muy cuidadosos hasta con el tipo de alimentos y bebidas que consumen para mantener su voz en buen estado, además de protegerse del ambiente con especial cuidado. Los expositores o conferencistas suelen mantener hidratación cerca mientras hablan para prolongar más las presentaciones ante un auditorio.
Los locutores conocen muy bien cuáles son los ejercicios vocales y respiratorios que ayudan a mantener la tersura y calidez de la voz para evitar un esfuerzo mayor al narrar.
La principal afección que sufre nuestra voz es la disfonía que se presenta como una alteración del timbre, tono y fuerza. Puede ser doloroso para el área de la laringe y garganta. También puede generar molestias por la ausencia o disminución significativa del timbre con el que hablamos.
La mayoría de las veces ocurre porque forzamos de manera inadecuada el músculo y elevamos sostenidamente el tono para lograr amplitud y sonoridad.
Hay tres tipos de causas que pueden generar afecciones de la voz:
Incide la temperatura y los cambios climáticos, los agentes corrosivos como el humo de cigarrillo o tabaco y sustancias químicas. El polvo y el aire acondicionado son parte de los factores más frecuentes que influyen en la afectación de las cuerdas vocales.
Las gripes, los resfriados, los virus y las inflamaciones que afectan las zonas respiratorias son causantes de muchas disfonías en el día a día.
Hablar muy alto, muy rápido, subir el tono de voz repentinamente, permanecer en lugares muy ruidosos que obliguen a comunicarse en un tono agudo y la falta de hidratación influyen en la salud de la voz.
Lo recomendable es que al haber uno de estos factores en el entorno diario debemos disminuir el efecto con medidas preventivas:
- Si hace frío o hay cambios bruscos de temperatura, debemos proteger el área del cuello con bufandas o suéteres que lo abriguen.
- Si asistes a un evento en el que te ves forzado a mantener un nivel superior al ruido ambiental, evita carraspear o toser para aclarar la voz.
- Consume bebidas tibias que permitan distender las cuerdas vocales.
- Evita dirigirte a audiencias muy grandes en espacios abiertos si no cuentas con micrófonos o equipos amplificadores.
¡Y disfruta tu voz porque es única, te identifica y es una poderosa herramienta de comunicación!